Piedras de lana que recorren los pavimentos de un hogar actual y familiar, que busca la diferencia a través de los referentes naturales. En esta serie también se juega con la paradoja, creando suaves guijarros de río con cantos rodados que se adaptan a largos pasillos. Sus contornos irregulares y su repertorio de colores hacen posible combinaciones oscilantes, sobre las que saltar de piedra en piedra, como si bajo su superficie hubiera un arroyo para cruzar. Sus tonos tierra se adaptan a cualquier estilo decorativo, huyendo de las modas y aferrándose a lo más básico de nuestro mundo.
Diseño: Diego Fortunato
Fibra: 100% lana Nueva Zelanda
Fabricación: Manual
Técnica: Hand tufted
Densidad: 46.500 nudos/metro cuadrado
Altura pelo: 14 mm
Altura total: 20 mm
Peso: 4,50 kg/metro cuadrado